Los meses que llevamos de primavera fenológica han dejado poca agua en los suelos del País Vasco. a excepción del mes de enero que fue húmedo, el resto de meses han sido calificados entre normal y muy secos con respecto a la media. La tierra se mantuvo con bastante humedad hasta marzo, gracias a la humedad aportada por las abundantes precipitaciones de diciembre y enero. La azada entraba con facilidad en el suelo cuando se preparaban huertas y jaradines para la siembra primaveral, pero a partir de marzo y sobre todo en abril se comenzaron a ver grietas en los suelos arcillosos.
Las floraciones de comienzos de primavera fueron abundante y permanecieron toda la fase completa sin sufrir daños por temporales. Como febrero fue un mes muy cálido, las floraciones y brotes de hoja de marzo se adelantaron con respecto a la media. A partir de mediados marzo y durante el mes de abril hubo bastantes jornadas con noches frías que pudieron frenar el crecimiento de los nuevos brotes, aunque las horas de sol fueron superiores a la media en ambos meses. No hay un adelanto ni un retraso reseñable con respecto a la media.
Las campas de siega presentan un aspecto magnífico y rebosan de flores silvestres y espigas de gramíneas que comienzan a madurar. Se espera mucho polen de gramíneas este año ya que la lluvias del invierno favorecieron la germinación de los granos.
En los jardines los rosales están teniendo un buen arranque de temporada y apenas están siendo afectados por el mildiu. Hay mucho pulgón ya que no han caido precipitaciones copiosas en las últimas semanas. En general toda la vegetación tiene una aspecto fresco y exhuberante.
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