La primavera esta ensayando en el jardín botánico de Iturraran. Decide aquí qué tono del rosa al rojo será los más acertados para teñir las flores esta temporada. Va practicando, pintando de rosa pálido las fragantes dafnes, todo el mundo se fijara en ellas por su aroma, no necesitan llamar más la atención. No se decide con el color en algunas camelias, y las deja con unas pinceladas sin terminar. Usa un rosa más vivo en unas magnolias, le parece demasiado chillón, y lo empolva en otras. Uno más fuerte para las azaleas, y que así formen una nube de luz rosada. Casi morado en la magnolia grande, se merece destacar por su altura, y deja el rojo vivo para el membrillero por ser el más atrevido, y el que primero florece en pleno invierno.
Entra el rosa, el verde y el blanco, entre el invierno y la primavera, los heléboros. Los amarillos más discretos para las modesta prímulas, sus primeras mensajeras, que poco a poco, van cubriendo el suelo del jardín. Con los berberis practica, tiñendo a veces un poco de rojo esas florecillas que tanto gustan a las abejas. Un amarillo bien brillante para los primeros narcisos, y otro más anaranjado para la deshilachada flor del hamamelis. La kerria se da prisa en brotar, no vaya a agotarse en la paleta su amarillo dorado.
Y luego tendrán que practicar mil tonos distintos con las hojas nacientes de los arces... ¡Se le empieza a acumular el trabajo a la primavera y todavía no ha empezado!
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